Astronomía en cueros
Posted by almaencueros en 21 febrero 2009
Aristóteles, Platón y Ptolomeo, entre otros, tenían una concepción del universo que consistía en un sistema geocéntrico y finito donde diversas esferas sólidas pero invisibles, se situaban concéntricamente alrededor de la tierra. En cada una de estas esferas se situaba la luna y uno de los planetas conocidos entonces y en la última y más exterior de las mismas aparecían lo que llamaban las estrellas fijas.
Por esas cosas extrañas que tiene el sueño, hoy me he levantado con la idea en mi cabeza de que mi pequeño universo se parece mucho al concebido por Aristóteles. Soy un pequeño planeta semicaótico y azul, esférico y liviano.
Envolviendo a este frágil planeta de nombre ignoto, se hallan las distintas esferas en las que se engarzan los planetas que componen mi universillo chiquitín. En ellas, girando alrededor mío hay grandes y pequeños planetas pero todos hermosos y acogedores. El planeta tiene satélites que aparecen y desaparecen. Algunos de ellos duran un instante, otros giran en su órbita durante mucho tiempo y al final acaban oscureciéndolo formando sobre él una sombra maliciosa al tapar la luz de las estrellas superiores. Últimamente un diminuto e inexplorado satélite ha empezado a iluminar el ciclo de oscuridad diaria del pequeño planeta.
Los planetas sólidos, grandes y seguros de mi familia le dan una estabilidad contundente a este pequeño universo, y junto a ellos, la esfera de mis estrellas fijas. Mis pequeñas estrellitas fijas y brillantes, cálidas y amables. Las estrellitas que aportan luz a las oscuridades. No son intermitentes, no brillan solo de noche, no se mueven. Siempre inalterables y eficaces en su función. Una de las grandes bendiciones de mi pequeño universo.Por último están los cometas, las estrellas fugaces. Esos pequeños y grandes astros que a ciclos interválicos descompasados cruzan mi universo, se detienen entre esfera y esfera y vuelven a seguir su camino. Las personas de mi vida que siempre están aunque casi nunca sé dónde, aunque casi nunca sean visibles, pero que aparecen cuando se las necesita, dan un par de vueltas a mi órbita y siguen su camino estelar. Son los astros libres de mi universo.
Así es mi pequeño y cálido universo. Los que os acercais por aquí formais parte también de él, de este universo chiquitín y confiado, del universo en cueros.
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