Alma en Cueros

Archive for the ‘Inclasificables’ Category

Revisando la astronomía en cueros

Posted by almaencueros en 12 mayo 2014

mundo-canicaHace ya casi una eternidad escribí una entrada a la que llamé Astronomía en cueros. Hoy, como en su día Copérnico y después Galileo, creo que ha llegado la hora de revisar mis cálculos. Es posible que mi universo ya no sea Ptolemaico, pero tampoco se asemeja demasiado al planteamiento heliocéntrico de Galileo. Sigo siendo un planeta chiquitín, eso es inmutable. Aun a pesar de los kilos de más, sigo siendo un planeta chiquitín, insignificante. Pero soy un planeta muy importante para unas poquitas estrellas que me necesitan. Mi lucha es mantener mi órbita sobre ellas inamovible. Otras estrellas que yo creía inamovibles y seguras, se han movido. En los últimos tiempos siento como si me hubiese convertido en un planeta marginal en una galaxia marginal. Entre algunas de las que fueron mis estrellas y yo se ha formado un terrible agujero negro que se traga todo lo que se le acerca. Es un agujero negro, lleno de incomprensiones, desidias, egoísmos, orgullos, ignorancia atrevida… Y aunque no me considero culpable de la aparición de ese agujero entiendo que habrá quien piense que lo formé yo. Sólo sé que hay algo que me duele y no lo sé identificar. La razón fría y objetiva me niega la razón de mi disgusto, pero el corazón, que a veces ve con más claridad que la razón, me da la razón en que me duela el corazón.

En definitiva, que el universo ha cambiado. He de sentarme a recalcular las posiciones, las órbitas, las elípticas…. Porque lo astros de mi universo ya no se mueven saegún las leyes primigenias. O ellos han cambiado sus órbitas o yo las contemplo desde otro ángulo. Al menos he descubierto que no soy familia, pero entonces… ¿qué soy?

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No dormir

Posted by almaencueros en 24 diciembre 2013

imagesCA1LMAJVLlevo ya una larga temporada en la que se repite el mismo fenómeno. En mitad de la noche, sin motivo aparente, sin nada perceptible que lo motive, me despierto y ya no vuelvo a dormirme. De hecho, ahora, cuando escribo, son las 4 de la madrugada y llevo casi tres horas sin poder dormir. Al menos hoy sé lo que me ha despertado y sé lo que me ha mantenido en vela un rato largo. Mis vecinos han decidido dar una fiesta pre-navideña en casa y se han repasado la discografía de Mecano en el «singstar» poniendo más buena voluntad que aptitudes. Armándome de coraje les he llamado a la puerta a las 2 y media de la madrugada pidiéndoles que bajaran el volumen.

Pero las otras noches, simplemente abro los ojos y mi cabeza empieza a llenarse de problemas, problemillas, cosas que debo hacer, cosas que no debo olvidar, ideas para mejorar, etc. Simplemente se abre la barra libre de pensamientos en mi cabeza y se acabó dormir. La mayor parte de las noches aguanto estoicamente en la cama intentando no moverme demasiado esperando a que Morfeo vuelva a por mí. La mayor parte de las noches no funciona antes de 2 horas y aun así, tengo el recuerdo de casi todas las horas en las lucecitas rojas del radio-despertador. Hoy, como algunas otras noches he decidido levantarme y en la oscuridad, en el salón, intentando no despertar a los demás, he decidido escribir, creyendo que, quizá así, me llegará el sueño.

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¿Y si me voy haciendo viejo?

Posted by almaencueros en 30 septiembre 2013

reloj_de_arena_2¿Y si me voy haciendo viejo? Un día después con la resaca del mogollón en casa, asumiendo mi nueva identidad de treinta y tantos uno más, me pregunto…. ¿Y si me voy haciendo viejo? ¿Y si de verdad los años pasan y no soy el que fui?

Pero…¿lo quiero? ¿Quiero ser el que fui? Ya no me puedo preguntar qué quiero ser de mayor. Ser mayor me ha sobrevenido mientras decidía que quería ser de mayor. Y si…. ¿lo que soy de mayor no es lo que quería ser de mayor?

Y me respondo…. ¿Y qué? El camino andado me ha construido entre las decisiones que tomé y las que olvidé tomar. Lo que soy de mayor es lo que soy de mayor y si quise ser otra cosa me equivoqué. Porque lo que soy de mayor es lo que quiero ser de mayor.

Un día después me planteo nuevas metas, me asomo a nuevos horizontes, busco dentro del baúl de mis experiencias, de todos los proyectos empezados, de los sueños que se quedaron a medio soñar y me digo que algunos los puedo y los quiero rescatar. Me digo que ahora sí, que ahora que ya soy mayor puedo dedicarme a ser lo que quiero ser de mayor.

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Nuevas metas, nuevas cosas, cambios.

Posted by almaencueros en 21 mayo 2013

corazonEmpiezo a escribir únicamente porque me apetece escribir. He releído un poco algunas de las entradas ya ancianas de este blog y he reconsiderado la idea de la circularidad de las emociones. He repensado un poco mi momento vital:

Creo que estoy ante un momento determinante en mi vida, y no sólo porque quede más o menos un mes para que nazca mi segunda hija, que también, sino porque intuyo cambios a mi alrededor, cambios en «mi mundo», cambios en la configuración espacio-anímico-temporal-personal en que habito. Esos cambios indistinguibles, o inexpresables por el momento los percibo en lo profesional y lo social, que no en lo personal. En lo familiar, y en la nueva redistribución de mi tiempo, creo que puedo obviar el comentario teniendo en cuenta que Elsa, cuando llegue, va a provocar una nueva revolución en ese ámbito. No soy capaz aun de ser más concreto. Ni siquiera sé si esos cambios serán para mejor o no. No intuyo todavía la naturaleza de las mutaciones que se avecinan, pero se me empieza a erizar el pelo de los brazos como anticipo de aires nuevos. Veremos, y si puedo, contaremos.

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En construcción

Posted by almaencueros en 11 diciembre 2012

obrasMi hija ha encontrado el botón de «on» en uno de esos juguetes suyos que hablan sin parar. Ha encontrado además el botón de máximo volumen. Ambos botones estaban en posición de «off» por tiempo indefinido después de haberlos soportado durante días. Ya no la puedo engañar con eso. Sigue construyendo.

¿Y yo? ¿Sigo construyendo? Siempre, siempre en construcción. Quien crea que ha conseguido acabar con las obras en la tarea de hacerse a sí mismo se equivoca. Cuando acabas la reforma del baño está para empezar la de la cocina o se impone una ampliación de la terraza. Si crees que has acabado con las obras en ti mismo, si crees que ya te has hecho y no estás en construcción….entonces….amenazas derribo. Porque somos seres en construcción, siempre imperfectos y siempre inacabados. Proyectos esbozados en papel necesitados de constante revisión. Y a veces, algunas pocas veces en la vida, nos toca derribar, cimentar y empezar a construir de nuevo.

Te aconsejo que te revises. Si crees que en ti se han acabado las obras, revísate. Mira si hay grietas tras alguna puerta, asómate a tu cuarto oscuro y pon un punto de luz, revisa los cimientos, comprueba las cañerías del agua. Seguro que hay algo que necesita reforma, y si no lo ves, si no aciertas a encontrarlo, entonces amigo………. amenazas derribo en lo humano.

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La cigüeña ha estropeado su GPS

Posted by almaencueros en 8 abril 2011

Llevo 2 semanas, 14 días, 98 horas… esperando y desesperando. Entiendo que estas cosas son como son, que no todo se puede calcular matemáticamente, que las cosas buenas se hacen esperar, y…. toda la retahila que querais añadir de topicazos sobre la cuestión, pero, lo cierto, es que mis terminaciones nerviosas están especialmente excitadas, mi ánimo estropeado, mi salud medio quebrada, mi cordura desatada. Sólo se me ocurre que la cigüeña haya estropeado su GPS. Seguro que la cigüeña se ha montado en esto de las nuevas tecnologías, ha atrofiado su particular instinto de orientación, y confiada a los nuevos cacharritos que nos solucionan la vida, se ha comprado un tomtom que se le ha estropeado y lleva dos semanas buscando mi casa con mi hija en su bolsa sin encontrarnos. A ti «Madame la Cigogne», (viene de París, ¿no?), si tu GPS no funciona como debe, dale una patada, recupera tu instinto y preséntate en destino, que los destinatarios del paquete que te cuelga del pico andan bastante desnortados, atolondrados, medio-esquizofrénicos, algo paranoicos, angustiados, especialmente excitados, con los nervios no ya a flor de piel, sino sobre la misma directamente instalados. A ti, «Madame la Cigogne» hazme, haznos y hazte el favor de presentarte ya que mi supervivencia anímica depende de que encuentres el rumbo a la mayor brevedad posible. Pero venid rápido aunque serena, firme y sin tropiezos. Esquivad, si los hubiere, los árboles del camino, no os entretengais con las parlanchinas urracas que os quisieran demorar con su inextricable perorata vacía, no querais acercaros al sol cual Ícaro trasnochado y trasnochador. Llegad firme, segura, como debeis y sabeis, y, os lo ruego, llegad ya.

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20.000 visitas de viaje internáutico.

Posted by almaencueros en 4 agosto 2010

Permitidme parafrasear a Jules Verne en el título de este post para agradecer a todos los que alguna vez habéis detenido vuestros ojos y vuestro ratón en estas páginas virtuales. Gracias por las 20.000 visitas. Sigue sorprendiéndome cada día la cantidad de visitas que aparecen. Y, aunque, empiezo a entender un poco como funciona el recuento de visitas y probablemente, muchas no lo son realmente, sino simplemente llamadas de buscadores, me alegra regocijarme en la idea de que muchas personas han leído estas reflexiones a vuela pluma.

En agradecimiento a todos los ojos que se han detenido en este pequeño espacio confesionario de mi viaje y a las almas que sueñan tras ellos, os dejo una de las canciones que sirvieron para la exégesis personal que inicié con este viaje. «A contratiempo» de Revólver.

GRACIAS

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Somos centenarios

Posted by almaencueros en 1 octubre 2009

piruletaEsta es la entrada número 100 de este blog. Llega en la semana 47 de la aventura en cueros, lo que indica una media superior a dos entradas semanales. Ni «harto de vino» hubiese imaginado escribir 100 entradas, aglutinar 100 o más pensamientos y darles forma para publicarlos, y muchísimo menos hacerlo en menos de un año. Principalmente por la voluntad inconsistente que tengo para las cosas que empiezo, voluntad que es inversamente proporcional al ardor que pongo en iniciarlas.

No pensé nunca llegar a 100, pero hemos llegado. Cien entradas repletas de vida, cien entradas que cuentan un viaje existencial y esencial, cien entradas que reúnen pensamientos y emociones, cien entradas que recogen acontecimientos significativos e insignificantes, cien entradas escritas con el alma en cueros. Cien entradas en las que he volcado lo que soy y lo que pienso, lo que tengo y lo que deseo, lo que espero y lo que proyecto. Cien entradas escritas en carne viva para limpiarme y liberarme, para no esconder nada innecesario, para no guardarme nada que me esclavizase. Cien entradas en verso y en prosa, poniendo en orden cada cosa. Cien entradas para obligarme a detenerme y pensar, para darme el gusto de volver a escribir, para dejar constancia en algún lado de las bondades de la desnudez existencial. Cien entradas para construir el cuaderno de campo de este experimento con el alma en cueros. Cien entradas para agradecer, para homenajear, para testimoniar. Y cien entradas para aburriros a los que teneis el atrevimiento de visitarme, leerme y acompañarme. Habéis convertido una pequeña locura en algo fantástico. Sin vosotros, la aventura del alma en cueros no sería lo que es.

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Un poco más viejo: ¿un poco más sabio?

Posted by almaencueros en 29 septiembre 2009

velas_coloresHoy, la tierra, en su movimiento de traslación alrededor del sol, ocupa el mismo lugar en el espacio que ocupó el día en que me nacieron; que yo no nací, que me nacieron, que me lanzaron al mundo completamente en cueros y rociado en sangre. Que me empujaron a la existencia, me abrieron la puerta de la vida y me lanzaron a esta carrera por ser. Y me ví en ella, corriendo entre empujones de aquellos que entendían esto como una competencia. Y, un día, decidí dejar de correr, y decidí caminar que el final de la carrera no está en mis manos, y la meta me la fijo yo.

Las culturas antiguas veneraban a sus ancianos que, independientemente de su estupidez o torpeza, eran tenidos por sabios pues, haber vivido más tiempo, era signo inequívoco de haber acumulado una mayor cantidad de saberes. Nuestra cultura recluye a los ancianos en residencias o los esconde. Los jóvenes no quieren dejar de serlo, y los que no lo son se empeñan en engañar al tiempo con mil tretas para seguir, al menos, pareciéndolo. Por otra parte, podemos decir que los jóvenes de hoy, acumulan muchísimos más conocimientos que cualquiera de los tenidos por sabios en la antigüedad. Ni Sócrates, ni Aristóteles, ni Confucio sabían tantas cosas como cualquier alumno que acabe de manera medianamente decente su escolarización obligatoria. Podemos decir que saben más cosas, podemos decir que sabemos más cosas, pero….. ¿podemos decir que somos más sabios? ¿Conocer cómo funcionan realmente los movimientos de los astros, los fenómenos meteorológicos, la agrupación de los átomos, hablar tres idiomas……nos convierte en más sabios?…….

Creo que la sabiduría que acumulan los ancianos, esa sabiduría acrisolada en la paciencia y la observación de la vida, esa sabiduría escrita en las arrugas del tiempo, grabada con la tinta de los gozos y sufrimientos vividos, esa sabiduría, se perderá. Las prisas y la acumulación de conocimientos que consideramos necesarios, esa voluntad por saber más cosas, esa pretensión de la modernidad en convertirnos en enciclopedias, o, aun peor, esa tendencia a convertirnos en especialistas, nos aleja de la auténtica sabiduría. Reclamo la sabiduría de la vida que sólo se puede aprender con el tiempo, con la paciencia, con vivir.

Hoy que me hago un poco más viejo, (ya no soy joven, ni deseo serlo), me pregunto si soy un poco más sabio, y no sé qué contestarme. En este próximo giro de la tierra alrededor del sol intentaré acumular esa sabiduría y responderme dentro de 365 días.

Hoy cumplo tantos años como la cifra que indica el décimo número de la sucesión de Fibonacci. (Difícil superar esta pedantería, jaja.)

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Banda sonora para una vida nueva

Posted by almaencueros en 9 junio 2009

musicsymbolLa música es mi compañera inseparable de viaje. La música, en cualquiera de sus formas y estilos anda atada a mi esencia, de manera que es casi como mi segunda naturaleza. Sin música yo no sería yo, y el mundo, probablemente, sería una mierda. Miles de canciones y melodías me han acompañado a lo largo de mi peregrinaje por este mundo. Algunas se han pegado a mí y no me entiendo sin ellas, otras recorrieron un trecho conmigo y después pasaron al baúl de los recuerdos desde el que evocan emociones en determinados instantes, algunas me definieron en un momento existencial, otras me dieron la clave para sobrevivir….

Cuando inicié esta aventura con el alma en cueros, me hice un cd titulado «banda sonora para una vida nueva», donde recogí los himnos del siempre presente Revólver, algunas canciones vitalistas de Rosana, mis iconos de adolescente con Loquillo, la Guardia y Rebeldes, añadí un poco del incipiente, por entonces, Arjona, y lo cumplimenté con Brotes de Olivo. En esa banda sonora, quizá debería ir añadiendo nuevas canciones para el camino. Hoy os traigo una que he escuchado recientemente y que incorporo a la Gramola de mi vida, pues repasa las sensaciones que hierven entre el pecho y la espalda de esta alma en cueros, a las treinta y una semanas y pico del inicio de su viaje.

«Aprendí»- Rosana- A las buenas y a las malas

Soy todo lo que viví y el resto de lo que fui lo aprendí con el tiempo.
Con ganas de estar aquí pa’ más que sobrevivir, sé que soy lo que sueño.
Y todo lo que aprendí,


Lo aprendí de vivir, de borrar, de escribir, de tocar el cielo y de caer con ganas de volver.
Aprendí de llorar, de reír, de soñar, de ir al fin del mundo y regresar con ganas de volar.
Aprendí de latir, de querer, y de seguir libre.


Sin calles con callejón ni ojal en el corazón: mi lección preferida.
El rato que no te di es tiempo que te perdí: es lección aprendida.


Aprendí de vivir, de borrar, de escribir, de tocar el cielo y de caer con ganas de volver.
Aprendí de llorar, de reír, de soñar, de ir al fin del mundo y regresar con ganas de volar.
Aprendí de latir, de querer, y de seguir libre.
Libre con mucho por vivir con tanto que decir con ganas de tener más tiempo para repetir.
Libre de tropezar, libre de no parar, libre de pelearme un mundo libre.
Y todo lo que aprendí de tu corazón, uh la ra la, soy una parte de ti y
Aprendí de vivir, de borrar, de escribir, de tocar el cielo y de caer con ganas de volver.
Aprendí de llorar, de reír, de soñar, de ir al fin del mundo y regresar con ganas de volar.

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Las prisas sin alma

Posted by almaencueros en 27 mayo 2009

reloj_de_arena_2Ayer presencié algo que me dolió durante todo el día y que me sigue doliendo. Comprobé la crueldad e inhumanidad que genera en nosotros nuestra prisa y nuestro vivir acelerado. Constaté lo estúpido y atroz de esta vida regida por los relojes.

Como cada martes, diez minutos antes de entrar al cole por la tarde, me tomo un café. Me acerco a un bar donde algunos trabajadores aun están terminando de comer, y me tomo un café rápido para aguantar con compostura, las embestidas vespertinas de mis alumnos adolescentes. En ello estaba, cuando entró un señor desaliñado, con aspecto más anciano de lo que era, con una tristeza infinita en los ojos, y una pausa en el andar y en los movimientos que hacían intuir que tenía vergüenza y que se sentía inmensamente pequeño e indigno. Le dijo algo a la chica que había tras la barra y ésta le contestó que hablara con la cocinera.

Entonces recordé que el día anterior, también iba con las mismas prisas estúpidas y soeces de siempre, le vi hurgando en un contenedor frente a un supermercado. Sacó algo y lo subió a la bicicleta cargada de paquetes que llevaba. Por supuesto, no me detuve a contemplarlo, ni me acerqué a preguntar, ni decidí llegar tarde por ir a escucharle. Esa es la mierda de vida que vivimos. Sólo hice una reflexión para mis adentros, sobre los desastres y cataclismos humanos que esta crisis está provocando, porque, desde lejos como lo vi, me dio la sensación de que no era un habitual, sino alguien que había, recientemente, caído en desgracia.

El hombre se acercó a la puerta de la cocina. Yo ya había terminado mi café y me disponía a pagar. Como siempre, esa mala costumbre mía de no llevar demasiado dinero encima, hizo que tuviese casi lo justo para el café. Pagué y salí, mirando el reloj: quedaban 10 minutos para la clase. Y, entonces caí en la cuenta de que aquel hombre había entrado pidiendo algo para comer, y la camarera lo había remitido a la cocinera. Y yo estaba allí tomando un café, y era tan sencillo como pedirle a la camarera que le sirviera el menú del día y pagarlo, pero no llevaba dinero, y lo que era peor, no llevaba corazón para no darme cuenta a tiempo, para dejar de lado mi tiempo y ofrecérselo. Y lo que es peor, mis prisas por no llegar tarde, mi falta de implicación en el problema del otro, me impidieron darme cuenta que no necesitaba dinero, bastaba con sacar la tarjeta. Pero así de imbéciles somos.

Ya sé que no hubiese solucionado gran cosa. Ya sé que la teoría de la acción o de la intervención social diría que lo adecuado no es solucionar una cuestión puntual y tranquilizar mi conciencia, sino que debería derivarlo a un servicio de atención más integral, pero, joder, perdonadme el exabrupto, lo que quería aquel hombre era comer. Lo que tenía era una necesidad urgente, como mis urgencias por llegar a tiempo. Y yo cambié mi estúpida urgencia por su necesaria urgencia.

Nadie en el bar se dió cuenta de nada. La camarera lo «derivó» a la cocinera. Nadie tomó en consideración la petición humilde de aquel hombre. Malditas prisas que nos vuelven de piedra el corazón. Malditas prisas que nos roban el tiempo valioso. Malditas prisas que nos borran la conciencia.

Sólo para tranquilizar mi conciencia, he decidido que llevaré más dinero en la cartera por si acaso. Yo no hice nada, absolutamente nada por aquel hombre, pero él, que no tenía nada, me regaló un poquito de humanidad de regreso a mi esencia. Gracias desconocido, espero poder devolverte el inmenso favor de hacerme sentir vergüenza de mí mismo.

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Treinta y dos poemas

Posted by almaencueros en 7 abril 2009

plumaTreinta y dos torpes poemas engendró hoy mi imaginación. Son muchos, creo. Al menos nunca había compuesto tantos en un solo día, y, aunque, jamás pasarán a los anales de la lírica patria, la exigencia métrica que me impuse en su elaboración, los convierten en una pequeña proeza.

No colgaré ninguno aquí, porque su lugar es una libreta amarilla, o una roja si me dejan. Pero quiero dejar constancia aquí de eso. Nada más.

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Reintegrando continentes divididos

Posted by almaencueros en 6 abril 2009

mundo-canicaHace unas cuantas semanas tomé una dolorosa decisión en aras de la responsabilidad. Aun no me he recuperado de ella. Decidí renunciar a algo enormemente valioso en mi vida. Valioso por lo que humanamente me aportaba, valioso por lo valiosa en sí misma que era dicha actividad, valioso por las personas con las que la compartía, valioso por el bien que podía hacer.

Hoy no he derribado ningún muro ni cortado ninguna alambrada. Hoy simplemente he hecho, a mi manera, lo que debía hacer. En mi tarea de reconstrucción de mi universo, hoy he superado mis complejos y temores, mi innato instinto de autoflagelación, y he reintegrado, en parte, ese continente valioso que segmenté de mi vida. He recuperado, aunque sólo sea de modo tangencial e imperfecto, una parte esencial de mi mundo. Sigo con mi obsesión con la cuadratura del círculo.

Llevo mal las despedidas. Llevo mal también los momentos emotivos, y tanto para bien como para mal, siempre huyo de ellos. Hoy, en las palabras de alguien a quien aprecio mucho, he descubierto que en nuestra travesía por la vida vamos dejando estelas tras nosotros que no podemos borrar sólo con empeñarnos en hacerlo. En nuestro caminar vital vamos, a veces sin pretenderlo, tejiendo redes de afecto y cariño que no podemos romper sólo con decidir saltar de la red. A veces esas redes reclaman una oportunidad para dejar las cosas en su sitio, cerrar cajones o devolver afecto. De eso he huído siempre, pero, como me hicieron ver esas amables palabras, no le seré fiel a la aventura del alma en cueros si no permito a los demás que hagan conmigo lo que desean hacer.

Hoy venzo, creo, un nuevo complejo, y en ello, me vuelvo más transparente y seguramente más humano. Gracias. Y hoy, poco, pero ha llovido. 🙂

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Ahogado en el tiempo

Posted by almaencueros en 2 abril 2009

reloj_de_arena_2Escribo este post restándole tiempo al sueño y a una de mis más «gratas obligaciones» diarias, para disculparme. Me disculpo porque mi falta absoluta de tiempo me impide mantener una actividad más fluida en el blog. Mi cabeza y mi corazón siguen viajando a ritmos acelerados. Mi viaje continúa en las coordenadas que voy describiendo. Mi mente sigue ágil y atenta al mundo en derredor y a mí mismo. Sigo desarrollando las estrafalarias teoría habituales. Y lo que es mejor, la poesía sigue brotando de mi pecho. Pero… no tengo tiempo para organizarme un poco y escribir.

Aunque no es estrictamente cierto. Ahora escribo mucho en una libreta amarilla. Es sencillo hacerlo porque no necesito ordenador ni conexión a internet, me vale con un boli y una libreta.

Espero ir encontrando tiempo y actualizar reflexiones, pero mientras la vida me da un respiro, me disculpo ante los que os acercais por aquí, porque seguís manteniendo viva la aventura con el alma en cueros.

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Muros rotos, paredes caídas

Posted by almaencueros en 21 marzo 2009

piedrasHace algunos días escribía, subido en el caballo de mi valentía desonocida, que si me dabais una maza tumbaba cualquier muro. Hace unos días pensaba que era yo el que andaba, como brigada de derribos, tumbando laas paredes de mis miedos. Hace unos días pensaba conocer mis murallas y me creía, ingenuo como soy en fin, que sería capaz de ir tumbándolos de uno en uno o incluso a pares.

Hoy he hecho un descubrimiento desconcertante. Aun no soy capaz de decir cómo me siento, y antes de escribirlo en una libreta roja o amarilla, que en el fondo da igual el color, necesito contarlo.

Hoy me tumbaron un muro. Hoy, alguien, con una sola mirada, con una comprensión imposible en este mundo de egoístas y ombligocentrados, sin necesidad de maza, sin violencia, casi sin pretenderlo, me dejó definitivamente en cueros. Y yo que creía que andaba como caballero andante liberando mis estrecheces y miserias, y fue alguien quien me reveló a mí mismo. Fueron unos ojos pacíficos y tranquilos, fue una voz serena pero firme, la que me dejó definitivamente desnudo ante mí mismo. Y, aunque tuve unas ganas inmensas de echar a correr, y en ello, dar al traste con la esencia de mi imprudente aventura, pues eso, aunque casi salgo disparado huyendo de mí mismo, esos ojos, como un imán, me retuvieron lo suficiente para mirarme a mí mismo sin escándalo, sin vergüenza, sin miedo.

Ahora, mientras escribo de modo inconexo, a impulsos de corazón, con mi alma sangrando a borbotones, siento un precipicio a mis pies. Mi imprudencia emocional me ha traído hasta aquí. Y ahora, o salto fiándome en esos ojos, o echo a correr. Creo saber qué hacer, pero dejaré que llegue el reposo a mi ser.

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